lunes, 26 de mayo de 2014

Cómo aumentar las posibilidades de embarazo

Espero que ninguna de vosotras hayáis entrado aquí buscando trucos o pócimas mágicas para quedaros embarazadas inmediatamente porque lo que voy a contaros aquí no tiene nada que ver con eso, sino más bien con mi relación con mi amigo Murphy. Ya sabéis, el de “si algo puede salir mal, saldrá mal” o el de la tostada que siempre cae por el lado de la mantequilla.

Digo que es mi amigo porque muchas veces creo que este hombre rige mi vida de tal manera que provoca situaciones de lo más surrealistas. Unas buenas, otras menos buenas.

Una típica situación “Murphy” es, por ejemplo, llevar todos los días el paraguas en el bolso y que haga siempre un sol radiante y que el único día que me dejo el paraguas en casa se ponga a diluviar (está claro que esto era cuando vivía en España porque lo de “siempre un sol radiante” aquí se da poco). O que yo todos los días llegue puntual a la estación y mi tren siempre tenga retraso (sí, los trenes alemanes no son tan puntuales como los pintan) y que el único día que yo llego con unos segundos de retraso el tren haya llegado a su hora y me deje allí plantada en el andén.

¿A cuántas de vosotras no os han pasado cosas así nunca?

Lo peor es cuando hablas con otras mujeres sobre tus deseos de quedarte embarazada. Todas (todas, todas) las que ya tienen hijos siempre tienen una de estas historias con las que esperan animarte (y lo único que consiguen es que te creas la persona con peor suerte del planeta): que si no bebieron durante meses alcohol y justo el ciclo en que se tomaron una copita se quedaron embarazadas, que si se tiraron meses haciéndose tests de ovulación y justo el mes que echaron un polvo rápido sin pensar en los días fértiles tuvieron su positivo, que si dejaron de viajar por miedo a estar embarazadas y justo el mes que reservaron avión para ir a Cancún descubrieron que iban a ser mamás y tuvieron que cancelar el viaje... Y como éstas, mil y una historias más.

Como ya sabéis, yo llevo ya casi dos años buscando bebé, dos años tomando ácido fólico, dos años sin beber alcohol, dos años tomándome la temperatura, haciéndome tests de ovulación, renovando mi seguro de cancelación de viajes, etc., etc., etc.

Y… ¡hasta aquí hemos llegado! Esta vez he decidido jugar con juego y ver si Murphy de verdad existe.

Este mes ya no he podido resistirme a la tentación y me he tomado un par de cervecitas y un par de copitas de champán. Cada una un día, claro, no de golpe. Es que ahora con el buen tiempo y los Biergarten

Además, con el buen tiempo y por la época del año que es, la presencia de polen en el aire se ha hecho de nuevo insoportable y en contadas ocasiones he tenido que tomar antihistamínicos. En el prospecto dice que no hay riesgo para las embarazadas pero yo, por si acaso, evito tomarlos en la medida de lo posible. Este mes, de verdad, no quedaba otro remedio.

Otra cosa es la cita con el endocrino, que la tengo en julio y por la que llevo casi dos meses esperando. ¿No sería una pena que por fin alguien se dignara a hacerme análisis de todas las hormonas que participan en el ciclo menstrual y que son vitales para un embarazo y que justo ahora estuviera embarazada y no pudiera hacérmelos?

Tampoco hay que olvidarse del vuelo que compré hace dos meses para irme a España la semana que viene. Y ya no sólo es que me haya comprado el vuelo, es que además le he anunciado ya a todo el mundo cuándo llego, cuántos días voy a estar y qué planes tengo y con quién. ¿Tendré que cancelarlo y darle explicaciones a todo el mundo?

¿Y no sería una pena también que tuviera que dejar de publicar mi blog justo ahora que la cigüeña empieza a despegar?

Sí, yo creo que hay motivos suficientes para que este mes me dé positivo el test de embarazo. Este mes el “el mes” porque… se lo estoy poniendo a huevo al Murphy, ¿no creéis?

Si, según la cultura popular, al beber alcohol una sola vez durante la búsqueda aumenta las posibilidades de quedarse embarazada y si lo mismo pasa al tomar medicamentos, reservar un vuelo, tener una cita con un médico al que no puedes ir estando embarazada, o no desear el embarazo justo ese ciclo porque prefieres pasarte el verano en la playa sin preocuparte de lo que le pueda pasar a tu bebé en el avión, entonces…

¡estoy embarazada!

Pero como no sea así, me van a oír todas las mujeres que se empeñen de nuevo en contarme historias como las que he os contado antes. Y no sólo estas mujeres, también los médicos que me mentan las estadísticas sobre la efectividad de los métodos que quieren probar conmigo.

¡Señores, déjense de rollos!

Y, sí, señor Murphy, ya veremos en los próximos días si vuelve usted a hacer de las suyas.

viernes, 23 de mayo de 2014

I Certamen de Blogs “Familias Deseadas”

Hace unos días Interfertility escribió un comentario en una de las entradas de mi blog invitándome a participar en su I Certamen de Blogs “Familias Deseadas”.

A decir verdad, al principio pensé en ignorar el comentario y no participar en el certamen pero según han ido pasando los días y aumentando mi deseo de ponerme en contacto con más mujeres que viajan en el mismo barco que yo, he cambiado de opinión y acabo de mandarles un email pidiéndoles que me inscriban. He leído que las votaciones empezaron ya la semana pasada pero que continuarán hasta el 1 de septiembre, así que parece que todavía hay tiempo para inscribirse.

Supongo que el por qué de mi larga reflexión sobre inscribirme o no al certamen tiene que ver con la educación que me han dado. Mi padre siempre me decía “no te fíes ni de tu padre” y eso es algo que he interiorizado desde siempre y que se ha convertido en mi modo de vida.

Aunque muchas veces soy impulsiva y tomo decisiones a lo loco con cosas que no tienen importancia, cuando se trata de algo importante, me paro a pensar y a evaluar las ventajas y los inconvenientes y a imaginar lo que se me puede venir encima en caso de tomar la decisión incorrecta.

Por eso me he tomado mi tiempo con esto del certamen.

Lo primero que pensé es que con la cantidad de blogs buenísimos que hay por ahí, no tenía ninguna posibilidad de ganar así que… ¿para qué presentarme? (1 punto en contra)

Después pensé en los intereses que podría tener esta empresa a la hora de crear el certamen. Por lo que he leído, Interfertility es una empresa que asesora a parejas que han decidido tener un hijo a través de gestación subrogada en EEUU, lo que en España conocemos como “vientre de alquiler”. No estoy muy informada ni tengo capacidad para juzgar sobre este tema así que me ha sido imposible tomar la decisión sobre si quiero o no hacer publicidad en mi blog sobre una empresa que se dedica a esto (1 punto neutro).

¿Qué gana esta empresa con este certamen? Pues imagino que publicidad, ¿no? Y sólo por eso, porque nunca me ha gustado lo de la publicidad gratuita, estaba a punto de ignorar el certamen y no presentarme (1 punto en contra)

Pero… ¿de verdad sería publicidad gratuita? ¿No me estaría haciendo también a mí misma publicidad a cambio de hacerles publicidad a ellos? ¿No aumentaría mi número de lectoras por participar y poner un link de mi blog en la web de esta empresa? ¿No conocería gracias a ellos más blogs de personas que están en mi misma situación? ¿No me pondría en contacto con otras mujeres con las que podría hablar de mis problemas y, quién sabe, buscar soluciones? (1 punto a favor).

Hagamos recuento. -1 + 0 - 1  + 1 = Scheiβe! ¡Número negativo! ¡Tengo que pensarlo otra vez!

Bueno, a lo mejor mi último argumento debería contar más, ¿no?

Contemos de nuevo: -1 + 0 - 1  + 3 = ¡+1! ¡Perfecto! ¡Me presento al certamen!

Eso sí, no voy a pediros el voto. Últimamente me he dado cuenta de que en Facebook y otras redes sociales muchas personas escriben cosas como “mi hermano participa en tal concurso, por favor, entra aquí y vótalo” y mucha gente sin pensar que podría haber otros participantes que se pueden merecer más el premio votan al hermano o a la amiga de la amiga del primo de fulanito y al final gana el que menos se lo merece.

Por eso yo he decidido no pediros el voto. Pero sí quiero invitaros a que entréis en la web, pinchéis en algunos de los enlaces de los blogs que se presentan al certamen y que votéis al que más os guste. La web es ésta:



Y también os invito a que participéis. Sé que alguna de vosotras ya se ha apuntado, pero por si acaso hay alguna interesada más, al final de la lista de los participantes tenéis información sobre cómo inscribiros.

Hay 3 premios en total. El primer premio es en metálico (300€ y diploma físico y virtual) y el segundo y tercer premio son dos accésits (palabra que no había oído en mi vida) de carácter simbólico con diploma físico y virtual también.

La entrega del premio será el 18 y 19 de octubre en Madrid.

En caso ganar y vivir en España (bueno, mejor dicho, en la Península), la organización ofrece transporte y alojamiento para ir a recoger el premio. Para los que, como yo, no viven en España, la única posibilidad sería recoger el premio por videoconferencia.

Bueno, y eso sólo en caso de que se quiera desvelar la verdadera identidad. En caso de querer mantener el anonimato, parece que el ganador tendrá la obligación de donar el importe del premio a la ONG que prefiera.

Yo ya tengo claro que mantendría el anonimato (aunque todavía no sabría a quién donar el premio), pero… ¿qué creéis que harán los demás?
¡Suerte a todos los participantes!

lunes, 19 de mayo de 2014

Sueño roto

Hoy he decidido no hablar sobre mí y pasaros la pelota, es decir, cederos la palabra y que seáis vosotras las que me pongáis al día.

Para eso he pensado en haceros algunas preguntitas. Podéis contestarlas todas o, si preferís, sólo algunas o, incluso, dejarlas todas sin contestar. Vosotras decidís.

La información que me deis es, como siempre, sólo para calmar mi conciencia, para intercambiar opiniones con vosotras… De ninguna manera voy a utilizar esta info que compartáis conmigo con fines lucrativos o para enviársela a terceras personas… Espero que confiéis en mí.

Si alguna de vosotras tiene ganas de contestarlas pero no quiere hacerlo por aquí, puede enviarme un email a ciconia (punto) alemania (arroba) gmail (punto) com

También podéis añadir preguntas que os parezcan importantes y que a mí no se me hayan ocurrido.

Bueno, ahí van las preguntas.

1. ¿Cuántos años aproximadamente tienes?
2. ¿Cuánto tiempo llevas buscando bebé o, de haber sido ya mamá, cuánto tardaste en quedarte embarazada?
3. ¿Cuál es, según los médicos, la causa de tu infertilidad o de que hayas tardado tanto en quedarte embarazada?
4. ¿Cuál es, según tu opinión, la causa de tu infertilidad o de que hayas tardado tanto en quedarte embarazada?
5. ¿Usaste anticonceptivos hormonales antes de empezar la búsqueda? De ser así, ¿cuáles usaste y durante cuánto tiempo?
6. ¿Qué efectos secundarios notaste con los anticonceptivos?
7. ¿Tuviste problemas con tu libido mientras los usabas? De ser así, ¿cuándo volvió?
8. ¿Tuviste reglas normales después de dejarlos?
9. ¿Has ido alguna vez a un endocrino? De ser así, ¿te ayudó? ¿Cómo salieron tus análisis hormonales?
10. ¿Tienes o has tenido problemas con la tiroides? ¿Mejoraron los problemas con medicación?
11. ¿Te has hecho una laparoscopia? De ser así, ¿te dijeron que tus trompas estaban obstruidas?
12. ¿Tienes o has tenido endometriosis?
13. ¿Mejoraron tus posibilidades de quedarte embarazada tras operarte de endometriosis?
14. ¿Tienes síndrome de ovarios poliquísticos? De ser así, ¿cómo y cuándo te lo diagnosticaron?
15. ¿Qué métodos para concebir has probado ya o probaste antes de quedarte embarazada?
16. ¿Cuál funcionó y cuál no?
17. ¿Has tenido un aborto después de quedarte embarazada a través de reproducción asistida?

Según he ido escribiendo estas preguntas, he dejado volar mi imaginación y he soñado con la idea de traducir las preguntas a diferentes idiomas, crear una encuesta en una web gratuita, enviarla por internet a todas partes del mundo (por Facebook, a blogueras, en foros…), recibir miles o millones de encuestas rellenadas y ponerme en contacto con una universidad o institución que nos tome en serio y que con nuestros resultados realice estudios sobre las causas de la infertilidad y los efectos de las hormonas en mujeres infértiles.

Pero sí, me temo que ha sido sólo eso, un sueño. Me temo que, a pesar de que en internet muchas cosas han sido posibles, ésta no lo será, no traduciré las preguntas a otros idiomas, no enviaré la encuesta a otras mujeres, no me contestará nadie, no me pondré en contacto con nadie que pueda analizar los resultados…

Y los médicos seguirán dando palos de ciego con sus tratamientos, seguirán recetando hormonas sin informar de los posibles daños que nos puedan provocar, las farmacéuticas seguirán haciéndose de oro con estos tratamientos y nosotras seguiremos sin cumplir nuestros sueños de ser madre.

Lástima que mi sueño se haya roto ya mucho antes de empezar a soñar…

jueves, 15 de mayo de 2014

Efectos secundarios del tratamiento con Gonal F., Ovitrelle y Duphaston

Otra vez he tenido un montón de cosas que hacer en los últimos días y no he tenido tiempo para escribir. ¡Lo siento! Pero si os digo la verdad, tampoco es que haya pasado nada interesante que contar, así que no os habéis perdido nada.

Estoy ya a mitad de mi segundo ciclo con Gonal F., Ovitrelle y Duphaston (ya sabéis que el primer intento no funcionó) y quiero contaros cómo va todo por ahora.

No sé muy bien por qué pero este ciclo creo que está teniendo menos efectos secundarios que el ciclo pasado. Puede que se deba a que mi cuerpo se está acostumbrando a las hormonas (del hámster chino ese) o puede que se deba a las dosis de Gonal F. que me estoy inyectando.

El mes pasado estuve inyectándome 37,5 i.E. de Gonal F. durante 7 días (aunque tendría que haberlo hecho durante 8) y 50 i.E. desde el día 9 hasta el día 16. Este mes, como no podía pasarme por el KiWuZe para hacerme el primer Ultraschall hasta el día 11 del ciclo (tendría que habérmelo hecho el día 9), la Doctora T. me recomendó que fuera alternando las dos dosis desde el principio hasta el día que me hiciera el Ultraschall, y así lo estoy haciendo: un día me me he inyectado 37,5 i.E. y otro me he inyectado 50. ¿Eso es normal?

Lo que sí he notado este ciclo es que he tenido una regla de 5-6 días, cosa que me ha alegrado un montón. ¡Hacía tanto tiempo que no tenía una regla tan larga! Mientras usaba los anticonceptivos orales tenía reglas de esas artificiales de tres días y cuando los dejé se redujeron hasta llegar muchos de ellos a durar tan sólo dos días, de los cuales sólo uno era regla de verdad y el otro sólo un leve manchado oscuro. En los casi dos años que hace que dejé el Nuvaring sólo he tenido dos reglas de aproximadamente 5 días, y creo que una fue en uno de los ciclos en los que tomé Clomifen. Esta vez creo que se debe a la toma de Duphaston del mes pasado, que aunque no sirvió para retrasarme la regla ni alargarme el ciclo, sí creo que la progesterona me produce reglas de mayor “calidad”.

Lo que también noté ya el mes pasado y estoy notando todavía más este ciclo es que mi vagina produce una mayor cantidad de flujo que en el tiempo que tomé los anticonceptivos y también desde que los dejé. El mes pasado, sin embargo, creo que no he tenido el moco cervical del tipo “clara de huevo” pero sí algo bastante parecido.

Otra cosa que he apreciado, y que me encanta, es que ha habido cambios en mi libido desde que me inyecto Gonal F. Aunque este mes, por desgracia, el aumento de libido ha sido bastante ligero, el mes pasado fue, durante cuatro o cinco días, una pasada.

Este mes me he dado cuenta, de nuevo, de cuánto me gustan los chicos. Los miro en la calle, en el tren, en la panadería, en el trabajo… Me gustan sus ojos, sus manos, sus brazos, su culo… Veo a mi marido y no hay nada que no me guste de él, me emocionan sus ojos, me vuelve loca su sonrisa, me alteran sus brazos, me atrae su culo…

Por desgracia, este mes la libido se ha limitado a eso, a sentirme atraída por él… por ellos… El mes pasado, por suerte, fue algo más allá y durante cuatro o cinco días no podía quitarme de la mente la idea de tener sexo. Fueron unos días duros en los que mi marido estaba de viaje de negocios y yo no paraba de desearlo, de esperarlo, de soñar con él, quería hacer el amor con él como nunca en los últimos… uf, prefiero no calcularlo. Lástima que justo esa semana él no estuviera aquí. Este mes, como os he dicho, sí he notado un aumento en la libido pero por desgracia no lo suficiente como para disfrutar de la sexualidad como “antes”. ¿No es mala suerte la mía?

Quiero creer que esta diferencia entre este mes y el mes pasado se debe a la forma de inyectarme el Gonal F. este mes. No sé si este mes funcionará este tratamiento, pero si no funciona, el mes que viene me gustaría hacerlo como lo hice el mes pasado, nada de alternar sino empezar con poco y subir de golpe la dosis y mantenerla o incluso inyectarme 50 i.E. desde el primer día,  a ver si así me sube la libido otra vez. ¿Y cuándo volverá mi libido sin necesidad de inyectarme al hámster chino? ¿Volverá algún día sin más?

El dolor de pechos es otro de los síntomas que tengo con el tratamiento. Desde el día siguiente a inyectarme el Ovitrelle hasta el segundo o tercer día de la regla tengo unos dolores de pechos bastante molestos. El mes pasado no estaba muy segura de qué había producido estos dolores, pero este mes ya no me queda ninguna duda de que es por el Ovitrelle: me lo inyecté ayer por la tarde y esta mañana al levantarme ya me dolían. Y no sólo es que me duelan, es que además se me ponen duros y creo que hasta aumentan de tamaño. De hecho, creo que han vuelto al tamaño y la consistencia que tenían antes de tomar la píldora.

Por último, otro de los cambios más notables fue, el mes pasado, la aparición del SPM (síndrome premenstrual). Como ya os conté aquí, un par de días antes de que me bajara la regla me sentí superdeprimida y el mismo día incluso tuve un ataque de llanto. ¡Qué mal lo pasé! Eso sí, no sé si fue un caso aislado o si este mes se repetirá de nuevo, tendré que esperar todavía dos semanas para saberlo.

Por suerte, todos estos efectos secundarios que menciono no son nada en comparación con todo lo que pone en los prospectos. Además, todo lo que he sentido con el tratamiento (mayor duración de la menstruación, aumento de libido, mejora del humor en la primera parte del ciclo y SPM al final, dolor de pechos, etc.) es lo que sentía cada mes en mi vida pre-píldora. Es decir, éstos son los síntomas que para mí eran normales según la fase del ciclo en que me encontrara y que desde que empecé a tomar la píldora desaparecieron.

Vosotras diréis lo que queráis, que si qué engorro de síntomas, que si estoy mejor sin ellos…  pero yo estoy deseando ser la misma de antes, que vuelvan mis síntomas y me demuestren que sigo viva, aunque los últimos años haya parecido lo contrario.

lunes, 12 de mayo de 2014

La Doctora Muda

Recordadme que en mi próxima vida me haga ginecóloga. Y es que estoy harta de ir al KiWuZe y no entender nada de lo que me dicen, harta de salir de allí convencida de que hay algo que no cuadra, harta de no saber qué decir exactamente para conseguir que la Doctora T. (y desde hoy también sus colegas) se tome algo más de tiempo y me explique las cosas.

Acabo de salir de la consulta del KiWuZe. Hoy no estaba la Doctora T. así que me ha atendido su colega, la Doctora Muda. Creo que nunca en toda mi vida me ha atendido un médico que hablara menos que la que me ha tocado hoy. No es sólo que fuera parca en palabras es que, además, cada vez que la miraba de frente ella me rehuía la mirada, como si tuviera miedo de mirarme, como si le fuera a hacer algo. Muy raro, de verdad, me ha resultado una situación de lo más desagradable. No entiendo cómo alguien así (extremadamente tímida) ha elegido tener una profesión en la que continuamente tiene que estar relacionándose con gente.

Pero bueno, dejemos a la pobre mujer y vayamos al grano.

De las pocas frases que me ha dedicado he entendido lo siguiente:

- todo tiene muy buena pinta
- tengo dos folículos en el ovario izquierdo, uno de ellos de 1,4cm
- no tengo ningún folículo en el derecho
- tampoco tengo nada raro en el ovario derecho que explique los dolores que siento desde el Ovitrelle
- mi endometrio mide a día de hoy 1,9 cm
- tengo que seguir inyectándome Gonal F. hoy y mañana y el Ovitrelle el miércoles
- tengo que tomar Duphaston a partir del viernes, esta vez dos cápsulas diarias en vez de una
- ¡no tengo que volver al KiWuZe en lo que me queda de ciclo!

Os aseguro que todo lo que he entendido es lo que ha dicho, ni más ni menos. Quiero decir que como sólo ha dicho esas frases, despacito, sin adornos, sin coletillas, sin nada, al grano, pues no hay nada que haya podido malinterpretar.

De todas formas… ahí van mis preguntas:

- ¿cómo es que ovulo otra vez con el ovario izquierdo si el mes pasado ovulé con ese ovario también?
- ¿por qué no ovula este mes el ovario derecho si se supone que se turnan los dos ovarios?
- si no hay nada raro en ese ovario, ¿por qué me duele?
- ¿por qué con un folículo de 1,4 no me sube la dosis de Gonal F. para los próximos días, aunque la Doctora T. me la subió incluso con un folículo de mayor tamaño?
- ¿por qué tengo que pincharme el Ovitrelle pasado mañana, día 13 del ciclo, aunque el ciclo pasado me lo puse el día 17?
- ¿por qué el mes pasado me pasé día sí y día no en el KiWuZe y éste con una Ultraschall me dicen que ya no tengo que volver? (de esto no me quejo, ¡es genial!)

¡Ay, cómo me gustaría ser ginecóloga y saber las respuestas a todas estas preguntas! Pero eso, como he dicho, tendrá que ser en otra vida porque me parece que ya ésta será imposible.

Bueno, también me valdría tener a un familiar o a amigo/a que me explicara todo con calma.

¿O a alguna de vosotras? :-)

viernes, 2 de mayo de 2014

Ya podéis descruzar los dedos :(

No había terminado de escribir la entrada anterior y ya casi sabía que todo lo que había escrito en ella dejaba de tener sentido.

El miércoles, después de un día agotador, me sentí de repente superdeprimida. Ideas deprimentes y sin sentido no dejaban de cruzarse por mi cabeza, las lágrimas no paraban de asomarse a mis ojos y una angustia existencial se hacía cada vez más notable en todo mi ser. Poco después de las nueve me fui a la cama a punto del delirio, preguntándome si ésta era la vida que quería seguir llevando, si éste era el país en el que quería seguir viviendo, si no sería mejor mandarlo todo a la mierda y volver a… ¿adónde? Sumida en estos pensamientos por fin me quedé dormida.

Pero al día siguiente (ayer) todo seguía ahí: “¡Mi vida es una mierda!”, no paraba de decirme, “este país me está matando, no paro de trabajar y… ¿para qué si después no me queda nada a lo que agarrarme para ser feliz?” Por supuesto que la que más sorprendida estaba de que estos pensamientos tuvieran lugar en mi cabeza era yo misma, pero el pobre de mi marido no salía de su asombro y no paraba de decirme que lo más seguro es que estuviera embarazada y que mis hormonas se estaban volviendo locas. ¡Ojalá hubiera tenido razón!

Me pasé un buen rato llorando y todavía seguiría haciéndolo si no fuera porque ayer era el cumpleaños de mi suegra y hemos tenido que venir a pasar el puente a su casa. En circunstancias normales esto me habría parecido bien, pero ayer esto era otra de las cosas que más me deprimían. Saber que en España estaba mi familia disfrutando de un maravilloso día de playa mientras yo estaba en casa de mi suegra, un día lluvioso, con un montón de gente a la que no conocía (y que, sinceramente, en ese momento tampoco tenía ganas de conocer) me mataba de pena. Que si “bitte schön”, “danke schön”, “könnten Sie bitte…?”  y un largo etcétera de frases formales por el estilo, que si “¡qué bien te queda el bebé (mi sobrino político) en brazos! ¿Para cuándo un bebé propio?” y todo eso… ¡Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo! ¡Quiero irme de aquí yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

No sé si alguien me lo notó pero, la verdad, ¿qué me importaba? ¿Acaso tenemos que estar todos siempre de buen humor? ¿No podemos sentirnos mal de vez en cuando?

Por suerte, además de toda esa gente desconocida, estaban mis cuñados y mis sobrinos políticos (y mi marido, claro) y con ellos me lo pasé superbién. Pintando con la mayor, jugando al pilla-pilla con el mediano y dejándome babear por el bebé.

Y sí, claro, a veces los miraba y me preguntaba “¿por qué no puede ésta ser mi vida? ¿Cuándo me tocará a mí?” pero eso no habría hecho más que estropear el buen momento que estaba pasando e hice todo lo posible por reprimir esos pensamientos.

Y de repente todo tuvo sentido. Fui al baño y ahí estaba.

Me quedé en estado de “Schock” (no sé cómo se escribe en español): ¿No se suponía que hasta tres días después de dejar el Duphaston no podría bajarme a regla? Pues ahí estaba.

Y no, no era una Schmierblutung marrón como cada mes desde que dejé los anticonceptivos. Era bien roja, así que no había ninguna duda de que eso que había visto no era el sangrado de implantación.

Por cierto, me pregunto a veces si el sangrado de implantación existe de verdad o si tan sólo es un mito (como tantos otros que hay en esto de la maternidad). A veces creo que el sangrado de implantación tan sólo es un concepto que algún desaprensivo se inventó para hacer sufrir más aún a las mujeres que llevan meses o años intentando quedarse embarazadas. Un clavo ardiendo al que muchas nos agarramos durante unas horas para no perder la esperanza tan rápido de que haya funcionado. Una idea que reprimo siempre porque sé que la caída será más grande que si desde el primer momento me convenzo de que hasta aquí hemos llegado, de que el ciclo se ha completado y de que con esa mancha roja empieza el siguiente.
Pero sí, os confieso que estaba tan confundida, por eso que os he dicho antes de que no creía que fuera posible tener la regla mientras se tomaba el Duphaston, que por un momento sí pensé al principio que pudiera serlo. Pero a las pocas horas ya estaba claro que era la regla de verdad.

Hoy me siento bastante mejor. Las ganas de llorar se me han pasado. Los deseos de irme para siempre de Alemania también. Y aunque el agobio por el trabajo, mi anhelo de tener más vida social y la tristeza por no tener a mi familia (española) cerca siguen ahí, con la llegada de la regla me he quedado aliviada.

Hacía años que no tenía una depresión como la que he tenido en los últimos días. Antes de empezar a tomar la píldora, raro era el ciclo en el que unos días antes no tuviera el SPM (síndrome premenstrual) pero desde que empecé con la píldora (también mientras usé el Nuvaring) hasta este ciclo, el SPM no había vuelto a hacer su aparición.

Que con el Duphaston haya vuelto el SPM (he leído en internet que es normal) y que con el Gonal F. haya vuelto, aunque sólo por un par de días, mi libido, me confirma que lo que me pasa a mí es que mis hormonas no están bien y que, si alguien se tomara la molestia de mirármelas, volvería a ser la que fui antes de la píldora con un tratamiento hormonal más completo.  Ésta es la única razón por la que puedo hablar de alivio cuando os hablo de la llegada de la regla.

Ahora lo que me agobia es empezar de nuevo: que si las inyecciones de Gonal F. y Ovitrelle, que si las constantes idas y venidas del KiWuZe, que si las múltiples Ultraschall, que si el sexo programado, que más Duphaston… ¡No quieroooooooooooooooooooooooooooo!

Esta mañana he llamado a Doctora T. para concertar la nueva cita con ella, para concretar los pasos a seguir este nuevo ciclo, para que sepa que otra vez soy parte de ese tanto por ciento de las estadísticas en que su tratamiento no ha funcionado…

No he podido hablar con ella. A la espera estoy de que tenga un hueco entre sus pacientes y me llame para ver qué tengo que hacer ahora.

¿Cómo decirle que ya no tengo más ganas?, ¿qué quiero tirar la toalla?, ¿que quizás sea mejor esperar a la cita con el endocrino antes de volver a pincharme o a tomar más pastillas?

Me conozco. No se lo diré.

Hoy empieza el nuevo ciclo: el segundo intento de Gonal F. + Ovitrelle + Duphaston

¿Me desearéis suerte otra vez?

Edito:

Acaba de llamar la Doctora T. Ella también estaba bastante sorprendida de que me hubiera bajado la regla aunque seguía tomando el Duphaston, lo que le ha hecho pensar que posiblemente la dosis era demasiado baja.

Me ha indicado cómo seguir el próximo ciclo con Gonal F. y cuándo tengo que volver a hacerme el Ultraschall y me ha dicho que está segura de que lo conseguiremos aunque este ciclo no haya funcionado. A ver si tiene razón.

jueves, 1 de mayo de 2014

Mientras espero...

Estos días he estado hasta arriba de trabajo y no he tenido mucho tiempo para continuar con el blog, por eso el lunes no publiqué nada y tampoco he podido contestar a los nuevos comentarios que habéis ido escribiendo en los diferentes temas. Prometo hacerlo en cuanto tenga un ratito.

Como ya sabéis, no hay mal que por bien no venga, así que al igual que no he tenido tiempo para escribir una nueva entrada en el blog, tampoco lo he tenido para comerme la cabeza con esto de la infertilidad o con la duda constante de si habrá funcionado o no el tratamiento con Gonal.

Sí es verdad que varias veces al día se cruza por mi mente como un rayo el tema, más que nada porque sigo con dolor de pechos (ni más ni menos que la semana pasada, sino igual) y porque de vez en cuando siento de nuevo esa presión a la altura de los ovarios. No es que piense que puedan ser síntomas de embarazo (todavía es muy pronto, estoy en el día doce post-Ovitrelle) pero sí que pienso a veces en los cambios y señales que se producen o se han producido en mi cuerpo por la toma de los diferentes medicamentos de los últimos meses (por suerte no muchos).

Y sí pienso en los motivos por los que esta vez sí debería funcionar y en las (pocas) ventajas de que no funcionara.

Entre las razones por las que creo que este último tratamiento debería funcionar este ciclo se encuentran:

- porque sí (ésta es la mejor, ¿no creéis? ;-) )
- porque en ninguna etapa de mi vida me he imaginado mi vida sin ser madre
- porque no hay nada en el mundo mejor que los niños y mi vida no estaría completa sin ellos
- porque no quiero tener a mi primer bebé a la edad en que mi madre tuvo el cuarto (poco me falta), ya no sólo por el estado físico sino porque no quiero tener con mis los mismos conflictos generacionales que tuve con mi madre
- porque estoy harta de formar parte de las estadísticas siempre dentro de ese tanto por ciento de mujeres en que el tratamiento no ha funcionado
- porque mis padres se están haciendo mayores y me gustaría que mis hijos todavía tuvieran la posibilidad de disfrutar unos años de los abuelos (aunque vivamos en otro país)
- porque mis sobrinos a este paso podrían ser los tíos de mis hijos en vez de sus primos
- porque los hijos de mis amigas ya tienen uno, dos e incluso tres años y como tarde mucho yo en tener uno, los hijos de mis amigas no querrán jugar con él por ser tan pequeño
- porque no debe de ser bueno meterse tantos medicamentos u hormonas (ya cometí el error de tomar la píldora y de usar el Nuvaring) y preferiría no tener que seguir más tratamientos
- porque estoy harta de ir al médico y de los viajes al KiWuZe (y eso que acabo de empezar)
- porque no me imagino un año más trabajando al ritmo al que he trabajado en los últimos años
- porque por fin podríamos planear el futuro (ésta es de mi marido, tan alemán él, jajaja)

Entre las ventajas de que este tratamiento no funcione este ciclo están:

- que me compré un billete de avión para ir de vacaciones a España el mes que viene y tendría que hacer uso del seguro de cancelación en caso de que no pudiera volar (o mejor dicho, en caso de que no quisiera volar, ya que creo que después de tanto esperando para quedarme embarazada, me daría miedo volar si lo consiguiera esta vez)
- que tendría que quedarme en Alemania en verano y yo necesito este año, como nunca, vacaciones en la playa (española, no me vale el Mar del Norte o el Báltico)
- que no quiero que mi bebé nazca en la primera semana de enero o, peor aún, a finales de diciembre en caso de que se adelantara
- que ya no tendría motivos para seguir escribiendo este blog, aunque seguro que, como muchas de vosotras, escribiría uno nuevo sobre la experiencia del embarazo

¿Se os ocurre algo más?

La verdad es que sigo bastante convencida de que el problema por el que no me quedo embarazada es porque alguna de mis hormonas no está bien y, llamadme paranoica si queréis, que nadie hasta ahora me ha tomado lo suficientemente en serio como para hacerme un análisis hormonal completo que lo confirme, así que de alguna manera podría decirse que no tengo ninguna esperanza de que este tratamiento vaya a funcionar conmigo. Sin embargo, confieso que una pequeñísima parte de mí todavía espera que ocurra un milagro, que el Gonal F. y el Ovitrelle haya influido mis hormonas de alguna manera y que sea éste el ciclo en el que pueda cumplir el sueño de mi vida de tener a mi bebé, que éste sea el…

¡¡¡CICLO C!!!

De hecho, la anterior lista y el hecho de que el número de ventajas de estar embarazada supere con creces al de las ventajas de no estarlo demuestran que éste es el mes M, es decir, el mes perfecto, así que sí,  este mes tiene que funcionar.

¡Sigamos cruzando los dedos!